jueves, 11 de agosto de 2011

Las campanas de Santa Ana

Son las 11 pm. y en la cama de al lado Dani por fin duerme; el aire acondicionado por fin lo es...¡Enfría! Y creo que ésta será una noche de sueño reparador. Yo escribo mientras Graci salió un rato a orillas del Guadalquivir a reunirse con dos de sus mejores amigos de este viejo continente.

Ayer fue otro día especial. En el ensayo asociamos las letras de nuestras canciones con cada espacio que hemos venido recorriendo y haciendo nuestro en estos días. Ya La Giralda, sus campanas y la historia que cada piedra guarda, son parte de nosotros. Recorrer el barrio de Santa Ana y atravesar el puente respirando el aire del moreno Guadalquivir, son cosas que nos hacen más cercanas aún nuestras canciones.

Ayer cantamos en Santa Ana. Muchos lloramos, incluyendo a Tati, nuestra legendaria Tatiana Reyna, quien nos contaba emocionada sobre aquella Sevilla que conoció la magia de las manos de una bailaora llena del Duende, porque eso es Tatiana, duende de Lorca, pasión, embrujo y corazón.

La Salve cantada por Victoria y Daniela con el coro en el estribillo hizo que a muchos la piel se nos erizara. Luego siguió la Sra Ana, una sevillana que nos regaló desde el cante una nueva canción para nuestro repertorio. Y a la salida, nuestros músicos se apoderaron de un bar, para celebrar en la cálida noche, con música venezolana, que Sevilla es una tierra especial y que tenemos la dicha de estar disfrutando estos días en ella.

Valentina.

miércoles, 10 de agosto de 2011

Sevilla tiene una cosa... ¡que sólo tiene Sevilla!

Olor a aeropuerto, maletas que ruedan, anuncios de vuelos que salen y llegan, y nosotros saliendo de un arte cinético de nuestra Maiquetía para aterrizar en Barajas. A Juan Cristóbal lo pararon las chicas de inmigración. Quizás porque "Mister Músculo" se las levantó a todas, je je je. Menos mal que fue sólo un sustico.
Vuelo puntual y perfecto, todos ubicados a partir de la fila 44...

Llegando al viejo cotinente nos recibe Calatrava en el T4 de Barajas y nos abrumas con columnas, líneas, formas, ondas, colores y estructuras.

AValen le destruyeron su botella de ron, con el dolor compartido de las de inmigración de Sevilla y de todos nosotros, que veíamos el ron orange lejos de nuestro alcance.

Por fin llegamos a Sevilla. Ahí estaba el Padre Pedro y Juan Antonio esperándonos. Todos felices de verlo. Dejamos nuestras cosas en la residencia de Santa Ana, calle Gravina,  Nos fuimos a comer y luego a pasear por los Parques de María Luisa rumbo
a la Plaza España eje de la exposición Iberoamericana de 1929: media luna inmensa, de arquitectura modernista española de influencia mora en donde están representados todos las provincias de España y sus capitales en imágenes construidas en mosaidos: imponente y hermoso, con su espejo de agua donde hay unos botecitos a remos para pasear.

En medio de un calor insorpotable la caminamos y la recorrimos y corrienod pnos fuimos a la Giralda para oir su carillon de 20 campanas que por ser la novena de la Virgen de las Nieves, tocaron a las 20h, 20:15 y 20.30: hermoso! De fondo, sonaban castañuelas de las vendedoras de abanicos, a la espera de que la Giralda dieran su primer repique.

Empezamos a caminar por el barrio Santa Cruz. Tras cada esquina de las calles estrechas y de casitas con sus pasos coloniales, descubríamos algo; una fuente, un café, flores de azahar, patios de naranja... se repira aire andaluz.
Los hermanos Heredia como jóvenes quinceañeros, el coro destruido y deshidratado siguiéndolos a  duras penas. Llegamos a Gravina para cenar y dormir... y los aires acondicionados no funcionaron; pero aquí estamos en la mañana después del desayuno (con tomate y aceite de oliva) felices de por fin estar en Sevilla y vivir lo que desde hace meses veníamos preparando.
Clarisa Weil de Egloff, La Jefa.

lunes, 8 de agosto de 2011

¡A pocos minutos!

Estamos con un pie puesto en el avion. ¡Parece mentira pero es verdad! Yo estoy muy emocionada. Pensar que de una reunion en casa de Leandro fuera a salir este maravilloso y mágico proyecto.
Estamos esperando en la puerta del avión, con mucha emoción, expectativas y con ganas de emprender este espectacular viaje. Asi que nos vemos en el camino y que Dios nos acompañe.

Daniela Iu.

domingo, 7 de agosto de 2011

Al gran Federico

Esta entrada es para ti, ¡Federico!, uno de los más importantes del coro porque nos has enseñado el valor de lo que significa ser especial.
Queremos darte las gracias por todo el apoyo que nos has dado. Por "martillar" a cuanta empresa y persona conoces para que nos ayudara con fondos. Por ser uno de los que más CDs ha logrado vender, por acompañarnos en los ensayos y por aprenderte la coreografía de la fulía, que ni Francisco, ni Juan Cristóbal y ni siquiera el propio Leandro, que se las da de experto en cultura popular, la supieron bailar.

Fede, aunque aún sospecho que no te operaste la córnea, sino que te hiciste una lipo para quitarte tu barriguita (ajá, ajá, ajá), pediremos mucho por ti en este viaje cuando estemos en El Rocío. Reza tú por nosotros y acuérdate que el regalo de regreso será un toro que te perseguirá por toda la calle Macareo.

Valen

viernes, 5 de agosto de 2011

A sólo seis días...

   A tan sólo seis días de mi partida me detengo a escribir unas líneas, sucumbiendo a una presión familiar, grupal y coral:    “¡¡¡ESCRIBAN, ESCRIBAN, ESCRIBAN!!!”



Pero es que realmente no sé bien qué escribir todavía, porque para mí todo lo que tengo que decir es obvio, y no es muy considerado con el lector decir cosas obvias.

   De todas formas, veamos… quizás mientras vaya tipeando vaya bajando cierta inspiración.

   Tuve la buena suerte de nacer, hace 21 años en medio de un desastre. Muchos se preguntarán por qué hablo de desastre como algo positivo, y respondo:  a mi modo de ver, los desastres siempre traen consigo fuentes de inspiración artística y por ende, belleza.
   La familia Weil es y siempre ha sido caótica.  Es un poco de gente que no se calla y que le echa vaina a quien sea que llegue: monseñor, ministro o genio. Sin embargo, hay tan buenas intenciones y tan buena acogida a cualquiera, que inclusive el más duro y el más parco se enamoran. Eso sumado a gente trabajadora (como mi tía Clarisa, Leandro, Patricia y todos los demás que han hecho esto posible) es la receta ideal para llevar a cabo un proyecto, un nuevo reto.
   Pienso que el coro La Acerita no es solo un grupo de gente que canta junta. Para muchos es alivio y consuelo,  para otros amistad y diversión, para otros esperanza. Para mí es la mezcla perfecta de dos de mis cosas preferidas en la vida: mi familia (que ya no es sólo consanguínea) y cantar.
   Hoy escribo con la mayor ilusión del mundo porque, después de siete meses, en pocos días voy a ver a varias de las personas que más quiero.
   Después de más de 30 años y dos discos, La Acerita se embarca en un nuevo viaje para seguir enviando al mundo un mensaje de familia, amistad y trabajo. Que suerte tengo de poder participar y…

   QUE EMOCIÓN!


Clarisa Helena Mendoza