viernes, 29 de julio de 2011

Misas rocieras invaden al país

El 22 de octubre de 2010, reseñó Jesenia Freitez en Tal Cual:

Espíritu mariano en las bodas venezolanas

Las ceremonias españolas cantadas con devoción a la Virgen María se han hecho cada vez más comunes en el país
La música rinde honor a la Virgen del Rocío, devoción que data desde hace más de cinco siglos

La novia entró a la iglesia, luego de muchos meses preparando el momento en el cual se unía en matrimonio con su amado. ¡Por fin daba el sí ante Dios y sus seres queridos! Para ella no había mayores sorpresas, pues había organizado con mucho cuidado cada detalle de la fiesta. Todo estaba ambientado según las costumbres españolas con la intención de darle honor a la procedencia de sus padres. María Fernanda Roig contrató a un grupo de música rociera, que se vale del flamenco y cantos marianos para ambientar la eucaristía.

“Cuando los contraté no tuve la oportunidad de escucharlos. Ciegamente acordé que cantaran en mi boda”, recuerda María Fernanda. Durante la misa, el grupo coral se paseó por un repertorio español de diversos ritmos flamencos, tales como: sevillanas, fandangos y rumbas; acompañados por la guitarra española, el cajón, las palmas y las castañuelas.

Los esposos Castro Roig aseguran que los cánticos rocieros le dieron a la ceremonia personalidad y alegría, respetando cada rito de la iglesia.

Rocío en Venezuela

La música rociera traspasó el continente europeo y llegó al país hace diez años de la mano del Grupo Coral La Acerita (LA), un coro venezolano que fue fundado en agosto de 1977 en el seno de la familia caraqueña Weil Reyna. En sus inicios esta agrupación tenía como misión el rescate y difusión de la música y tradiciones navideñas locales dentro del marco de una fe cristiana comprometida, siempre desde una perspectiva de servicio y apostolado por medio y desde la música.

Pero el repertorio más emblemático de este coro de voces mixtas, y el que los ha llevado al reconocimiento público, es la misa rociera. “La Acerita cumple ya casi diez años interpretando un repertorio rociero para acompañar eucaristías de celebración de bodas, bautizos, graduaciones, Navidad, acción de gracias, fiestas marianas, novenarios, misas de difuntos, en fin, toda la gama de intenciones que se ponen en manos del Señor por la intercesión de la Virgencita del Rocío”, explica Clarisa Weil de Egloff, directora de La Acerita.

Acompañados por el arte de la bailarina de flamenco Tatiana Reyna, la agrupación difunde esta tradición mariana en Venezuela con toda la devoción, el carácter y encanto de su origen andaluz.

Este grupo se prepara para representar a Venezuela, en calidad de coro peregrino, en la Jornada Mundial de la Juventud 2011 que se realizarán en Madrid, España, durante el mes de agosto de 2011.

La devoción

Esta tendencia a realizar ceremonias litúrgicas con un toque español tiene sus raíces en la devoción a la Virgen del Rocío, una pequeña talla de madera que se venera en el pueblo de Almonte, España. Su popularidad es comparable con la de la Divina Pastora en Barquisimeto, pues congrega a más de un millón de personas cada año.

La historia de la imagen comenzó a conocerse gracias a una leyenda que data del siglo XV y cuenta las hazañas de un hombre que había salido a cazar en una selva de Almonte, donde era imposible el paso humano.

El cazador escuchó los ladridos de unos perros que se ocultaban en aquella selva pero y, a pesar de esto, se abrió paso en la maleza y halló una imagen de la Reina de los Ángeles, de estatura natural, la cual estaba colocada sobre el tronco de un árbol.

El hombre sacó en hombros la imagen de aquel bosque cerrado con la intención de llevarla hasta la Villa de Almonte, pero en el camino se quedó dormido por el cansancio que le provocó cargar la figura. Cuando despertó, se halló sin la imagen, así que volvió al sitio donde la vio primero y allí la encontró nuevamente.

El cazador regresó a Villa de Almonte y le contó al clero y al cabildo todo lo que le había sucedió. Inmediatamente, las autoridades de la zona salieron en búsqueda de la imagen en el lugar y modo que el hombre les había contado, y allí la encontraron intacta, aunque se notaba que había estado expuesta a la inclemencia de los tiempos, lluvias, rayos de sol y tempestades.

La imagen fue sacada entre las malezas y fue puesta en la iglesia mayor de dicha villa. Asimismo, en aquella selva se le labró un templo y se construyó el altar para colocar la imagen, de tal modo que el tronco en el que fue hallada le sirviese de pedestal. Con el tiempo el sitio fue llamado la Virgen de Las Rocinas.

En la actualidad la historia sitúa los orígenes del Rocío dos siglos antes y todo indica que fue Alfonso X El Sabio, monarca devoto de la virgen María, quien pudiera haber constituido aquella primera capilla, mandando a colocar allí la imagen de la Virgen.

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